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Prevención y tratamiento de las patologías de los animales asociadas al aceite acidulado y la nutrición
15 feb 2024
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El aceite acidulado es un subproducto de la refinación de los aceites vegetales comestibles, que se utiliza como una fuente de energía y ácidos grasos esenciales en la alimentación de diferentes especies animales, como aves, cerdos, bovinos, ovinos, caprinos y peces.
El aceite acidulado tiene varios beneficios para la salud y el rendimiento de los animales, como mejorar la digestibilidad, el consumo, la ganancia de peso, la conversión alimenticia, la calidad de los productos animales y la reproducción.
También puede causar o agravar algunas patologías de origen nutricional, si no se utiliza de forma adecuada y se siguen algunas recomendaciones.
¿Qué patologías de los animales están relacionadas con el aceite acidulado y la nutrición?
El aceite acidulado es un producto que contiene una alta proporción de ácidos grasos libres, que son más susceptibles a la oxidación y a la rancidez que los triglicéridos.
La oxidación y la rancidez del aceite acidulado pueden afectar la calidad y la estabilidad del alimento, así como la salud y el rendimiento de los animales.
Algunas de las patologías de los animales que están relacionadas con el aceite acidulado y la nutrición son las siguientes:
Acidosis ruminal
Es un trastorno metabólico que se produce en los rumiantes cuando se consume una dieta alta en carbohidratos fermentables y baja en fibra, lo que provoca una disminución del pH ruminal y una alteración de la flora microbiana.
El aceite acidulado puede contribuir a la acidosis ruminal, si se incluye en niveles altos en la dieta, ya que puede inhibir el crecimiento de las bacterias celulolíticas y favorecer el de las bacterias productoras de ácido láctico.
La acidosis ruminal puede causar pérdida de apetito, diarrea, deshidratación, laminitis, abscesos hepáticos, polioencefalomalacia y muerte.
Esteatosis hepática
Es una acumulación excesiva de grasa en el hígado, que se produce en los animales cuando hay un desbalance entre la ingesta y el uso de los ácidos grasos.
El aceite acidulado puede favorecer la esteatosis hepática, si se incluye en niveles altos en la dieta, ya que puede aumentar el aporte de ácidos grasos al hígado y disminuir su oxidación. La esteatosis hepática puede afectar la función hepática, el metabolismo de los nutrientes, la inmunidad y la reproducción.
Dermatitis
Es una inflamación de la piel, que se produce en los animales cuando hay una deficiencia o un desequilibrio de los ácidos grasos esenciales, como el linoleico y el linolénico, que son necesarios para el mantenimiento de la integridad y la función de la barrera cutánea.
El aceite acidulado puede provocar o empeorar la dermatitis, si se incluye en niveles bajos o inadecuados en la dieta, ya que puede disminuir el contenido de ácidos grasos esenciales en la piel y aumentar el de ácidos grasos saturados y trans.
La dermatitis puede causar prurito, alopecia, eritema, escamas, costras, infecciones secundarias y estrés.
¿Cómo se pueden prevenir las patologías de los animales asociadas al aceite acidulado y la nutrición?
La prevención de las patologías de los animales asociadas al aceite acidulado y la nutrición se basa en el uso adecuado y racional del aceite acidulado en la formulación de los alimentos balanceados para las diferentes especies animales.
Algunas de las medidas preventivas que se pueden adoptar son las siguientes:
Verificar la calidad y la composición del aceite acidulado antes de comprarlo y usarlo, ya que puede variar según el tipo de aceite vegetal del que proviene, el método de refinación empleado y el grado de acidulación al que se somete. Se recomienda analizar el aceite acidulado para determinar su contenido de ácidos grasos libres, humedad, impurezas, peróxidos y otros parámetros de calidad.
Ajustar el nivel de inclusión del aceite acidulado en las dietas de los animales, según la especie, la etapa productiva, el tipo de alimento y el objetivo nutricional. Se recomienda no exceder el nivel máximo de inclusión recomendado para cada especie, ya que puede causar problemas digestivos, metabólicos o reproductivos en los animales.
Utilizar antioxidantes y conservar el alimento en condiciones adecuadas de temperatura, humedad y luz, para evitar la oxidación y la rancidez del aceite acidulado, que pueden afectar la calidad y la estabilidad del alimento, así como la salud y el rendimiento de los animales.
Controlar el balance de ácidos grasos de la dieta, para evitar el desequilibrio entre los ácidos grasos omega-3 y omega-6, que pueden alterar la respuesta inflamatoria y la función inmune de los animales. Se recomienda complementar el aceite acidulado con fuentes de ácidos grasos omega-3, como el aceite de pescado, el aceite de linaza o el aceite de canola.
Lee también: Ventajas del aceite acidulado para la nutrición de aves, cerdos y ganado
¿Cómo se pueden tratar las patologías de los animales asociadas al aceite acidulado y la nutrición?
El tratamiento de las patologías de los animales asociadas al aceite acidulado y la nutrición se basa en el diagnóstico precoz y el manejo adecuado de los casos clínicos, así como en la corrección de los factores nutricionales que las originan o las agravan.
Algunas de las medidas terapéuticas que se pueden aplicar son las siguientes:
Para la acidosis ruminal, se recomienda administrar agentes alcalinizantes, como bicarbonato de sodio, carbonato de calcio o hidróxido de magnesio, para neutralizar el exceso de ácido en el rumen. También se puede suministrar agentes tamponantes, como acetato de sodio, propionato de calcio o levadura, para estimular la producción de saliva y el movimiento ruminal. Además, se debe ajustar la dieta, reduciendo el nivel de carbohidratos fermentables y aumentando el nivel de fibra efectiva.
Para la esteatosis hepática, se recomienda administrar agentes lipotrópicos, como colina, metionina, carnitina o inositol, para facilitar el transporte y la oxidación de los ácidos grasos en el hígado. También se puede suministrar agentes hepatoprotectores, como silimarina, vitamina E o selenio, para prevenir o reducir el daño oxidativo y la inflamación hepática. Además, se debe ajustar la dieta, reduciendo el nivel de grasa y aumentando el nivel de proteína.
Para la dermatitis, se recomienda administrar agentes antiinflamatorios, como corticosteroides, antihistamínicos o ácidos grasos omega-3, para aliviar el prurito, el eritema y la inflamación de la piel. También se puede suministrar agentes antimicrobianos, como antibióticos, antifúngicos o antisépticos, para tratar las infecciones secundarias de la piel. Además, se debe ajustar la dieta, aumentando el nivel de ácidos grasos esenciales y reduciendo el nivel de ácidos grasos saturados y trans.